TEXTO FINAL

ÉTICA DE LA EMPRESA

Claves para una nueva cultura empresarial


En la actualidad, muchas empresas sobreviven a los desafíos que trae consigo el mundo moderno con su era digital gracias a la incorporación de un conjunto de valores morales y objetivos éticamente responsables, que permiten la creación de un nuevo modo de ver la empresa y la cultura empresarial. Las empresas ganan legitimación al poner sus productos y/o servicios bajo altos estándares de calidad y además, cumpliendo con lo éticamente exigido por la sociedad y por las leyes establecidas. A esto se le conoce como ética de la empresa.

La ética es un tipo de saber práctico que se utiliza constantemente y pretende orientar las formas de actuar (conducta) en una sociedad bajo un modo racional o lógico en el transcurso de la vida; su objetivo es forjar el carácter para enseñar a cada individuo de la sociedad a tomar decisiones prudentes y correctas. Estas decisiones favorecen el desarrollo, cumplimiento de las metas y mejoramiento de la capacidad de adaptación y creatividad a través de valores, actitudes y normas que se pueden apropiar o simplemente rechazar.

Al igual que las personas, las organizaciones también poseen hábitos que forjan el carácter y reflejan su finalidad social, es importante resaltar que estos hábitos son de los colaboradores de la empresa que en conjunto logran alcanzar ciertas metas y por ende el bienestar y felicidad de toda la organización. Además, esta se crea para proporcionar bienes internos o externos por medio del desarrollo de actividades cooperativas, que satisfagan las necesidades y deseos de cada individuo de la sociedad, pero sin pasar por encima de los derechos de la legitimidad social.

Tanto las organizaciones como las personas, deben tomar decisiones moralmente justas teniendo en cuenta los valores y derechos estipulados en la ley, que permitan la autorrealización y el bienestar total. Es decir, cada individuo debe buscar los medios para alcanzar su felicidad y aprender a tomar buenas decisiones con ayuda de la razón y la moral sin intervenir o perjudicar en la búsqueda de la perfección de los demás integrantes de la sociedad.

La ética aplicada debe tener en cuenta la moral cívica de la sociedad, por esta razón la ética de la empresa es una integración de ambas en donde se desarrolla y se reconoce determinados valores y derechos que se deben velar y proteger.

La ética cívica consiste en ese mínimo de valores (libertad, igualdad, solidaridad) y normas que los miembros de una sociedad moderna comparten para convivir socialmente, es aquí donde el concepto de pluralismo se vuelve esencial ya que ninguno de los miembros de la sociedad puede imponer sus ideales de felicidad, sino todo lo contrario, se les invita a compartirlos a través del diálogo y el testimonio personal.

Entonces ¿basta con cumplir la legalidad vigente para actuar moralmente bien?. Según Adela Cortina, el derecho y la ética son dos tipos de saberes que aunque estén estrechamente unidos y guarden semejanza entre sí, son complementarios, pero no se identifican. En otras palabras, la decisión moral termina transformando la condición del derecho debido a que algunas veces las leyes no contemplan casos particulares sino en general.

Dentro del marco ético-económico de la empresa moderna, resaltan ciertas características como:

Todos estos elementos han ido transformando la empresa moderna hasta su configuración actual, pero el factor decisivo para el crecimiento económico y la fuente predominante del poder es la organización.

Por otra parte, dentro de la ética empresarial existen ciertas dificultades como la desconfianza que siente buena parte del empresariado hacia la ética; no se pueden maximizar los beneficios a costa del medio ambiente o de la sociedad, por este motivo el comportamiento ético y la producción de calidad es una necesidad de la organización, con esto logra ser reconocida y elegida como una empresa modelo con acciones de RSE.

Por lo anterior, se puede definir a la empresa como un sistema de valores que han de ejercerse a través de una cultura corporativa, adicionalmente, existen muchos empresarios que piensan que lo ético no es rentable, sin embargo, reduce costes de coordinación, aumenta las ventas y posiciona a la empresa en el mercado y en la mente del consumidor.

Es así que el director de una empresa debe mantener la motivación e iniciativa de los colaboradores, facilitar los recursos necesarios para realizar las actividades eficientemente y lograr objetivos propuestos y entender que la finalidad real de la empresa consiste en innovar, crear riqueza, confianza y bienestar para con todos los miembros de la organización. Adicionalmente, el líder tiene una responsabilidad por crear un futuro mejor y más próspero adquiriendo la necesidad de una gestión a largo plazo, unión de los equipos de trabajo y el desarrollo del sentido de pertenencia por la empresa.

El director o empresario se ha convertido en uno de los personajes más significativos en la cultura de este siglo, no sólo por la importancia de las decisiones que debe tomar sino por la capacidad de gestión que debe demostrar. Igualmente, el jefe o directivo es como una estructura familiar que establece un factor decisivo y un modelo de referencia para que la empresa se convierta en un espacio ético y con un buen clima laboral. La figura de directivo está sometida a una transformación permanente y es por esto que se debe estudiar el carácter, ya que da a conocer una serie de actitudes que orientan y conforman las actividades profesionales.

Las relaciones humanas que se establecen en la empresa son esenciales para lograr una buena ética de la dirección y estas se fortalecen a través de diferentes niveles de acción como lo son:

  • Motivación: La economía juega un papel muy importante porque permite entender las motivaciones y actividades humanas.
  • Información: Obtener información de manera formal (índices, informes, balances) o informal (confianza, autoestima, satisfacción, calidad).
  • Dirección: Un directivo no sólo da órdenes, lee balances e interpreta la finanzas, sino es aquel que pone en juego su visión de ver al mundo.
  • Gestión/organización: El factor humano se analiza desde el control de la productividad más inmediata.

El Modelo de empresa de Taylor se caracteriza por entrar en una profunda crisis porque su cultura empresarial estaba determinada por el cómo se hace una tarea y no en el ¿por qué? y ¿para qué se hace? Este modelo fue creado únicamente para obtener una productividad fácil y rápida a través de tareas mecánicas. Tras esta crisis nace el modelo PosTaylorista, cuyo objetivo es que las empresas mejoren sus prestaciones y aumenten su competitividad y para lograr esto deben transformar su estructura interna y externa.

En una empresa PosTaylorista, el directivo tiene nuevas responsabilidades, no sólo se limita a ejecutar, administrar o gestionar, sino que debe ampliar la dinamización y movilización de las capacidades humanas con el fin de crear un espacio ético en el que se integra y mantiene cohesionada la voluntad de todos los miembros de la organización.

Otro punto a resaltar es que el trabajo forma parte de la vida de una persona y es algo más que un medio para realizar otras actividades. Es por esto que un trabajo desempeñado con vocación es más que un empleo, es un estilo de vida que necesita dedicación, entusiasmo y ambición, para poder cumplir con los objetivos individuales (autorrealización) y conseguir el éxito.

A medida que un director comprenda que la autoridad se gana con la habilidad, el esfuerzo, el ejemplo y sobre todo ejerza una responsabilidad compartida, se convertirá en un buen líder con autoridad; demostrando así, que está interesado en que el proyecto integral de la empresa se delimite con base en sus responsabilidades y en una mejora de la cultura organizacional. Por consiguiente, una nueva cultura empresarial puede ser el resultado de un proceso de renovación continuada de valores compartidos, que emergen para responder a los nuevos desafíos que enfrenta la empresa en su día a día.

La difícil credibilidad social que han logrado muchas profesiones se debe al resultado de la ejecución de diferentes procesos de autorregulación. Para lograr esta credibilidad, la empresa debe estar dispuesta a asumir riesgos que tanto la sociedad como la misma empresa exigen, así como también ejercer una conciencia profesional, que incorpore voluntad en la elaboración de un marco de responsabilidades compartidas.

Dentro de la ética de la empresa también se habla del concepto de asesoría ética, donde la asesoría se entiende como toda actividad realizada por un experto, en donde éste aporta sus conocimientos y habilidades, para ayudar a las empresas a tomar decisiones óptimas en los diversos procesos de la actividad empresarial.

Existen 2 tipos de asesorías que el experto puede desarrollar con sus clientes:

  1. Asesoría informativa: Se refiere al ¿cómo? y se centra en la mediación del saber técnico, en los medios y métodos de la realización de objetivos.
  2. Asesoría normativa: Se refiere al ¿porqué? ya que se dirige hacia el planteamiento de objetivos, con referencia a las normas sociales y a los principios morales que rigen su validez.

El asesor tiene el objetivo de aclarar las implicaciones y consecuencias éticas de cada propuesta, decisión o proyecto y discutir cuáles podrían ser las posibles estrategias de actuación. Esta asesoría puede tener 3 formas diferentes de actuar: consejo ético, juicio ético y examen ético.

En la asesoría ética se pueden distinguir 3 niveles, estos permiten obtener una orientación para la resolución consensual de conflictos en distintos contextos de la acción empresarial. En el primer nivel se hace necesaria una aclaración de conceptos básicos como por ejemplo, cuáles son considerados costes y qué representan para la empresa. En el segundo nivel, se realiza una aportación de ideas para la creación de normas, recomendaciones y valores que definen el sentido y la finalidad de cada empresa en particular. Por último se encuentra el tercer nivel donde se aplican dichas normas para la toma de decisiones.

Así mismo, cada nivel anteriormente mencionado integra diferentes clases de management como por ejemplo, el management estratégico, normativo y operativo, donde la dirección de cada unos de estos métodos no solo afecta a la dimensión técnica sino a las relaciones humanas.

La calidad es uno de los elementos clave dentro de los valores y conceptos que la empresa transmite a la sociedad y de los que deriva su legitimación. Los resultados empresariales, así como también su reconocimiento y fidelización por parte de cada individuo depende de la calidad de los productos y/o servicios ofrecidos por la organización en el mercado. Las ventas son un reflejo de la constante calidad de los productos a través del tiempo, al igual que la mejora de la calidad de vida de los integrantes de la sociedad, por esto es necesario conocer los intereses, necesidades y posibilidades de los grupos internos y externos a la organización.

Por otro lado, el código ético no es un sustituto de la toma de decisiones y no contiene todas las respuestas de las acciones o actitudes que se deben incorporar en los conflictos, pero el objetivo es que cada empresa elabore uno propio, agregando su visión, misión y valores corporativos. Adicionalmente, las empresas pueden ser comparadas unas con otras desde el punto de vista ético.

Se puede concluir que la ética no es un obstáculo sino una condición o un pasaporte para conseguir el éxito empresarial. La asesoría ética no excluye el éxito de la empresa, ya que la experiencia muestra que ciertos tipos de comportamientos pocos éticos y con baja responsabilidad conducen en un plazo más o menos largo al fracaso y el asesor ético tiene como tarea evitar que ocurra esta situación.

Por esto es necesario integrar una ética y responsabilidad en las empresas, ya que consiste en el descubrimiento y la aplicación de los valores y normas compartidos por una sociedad pluralista, debido a esto, la tolerancia y el respeto son actitudes fundamentales para alcanzar la felicidad y convivir en armonía. Una persona tolerante puede aceptar opiniones o comportamientos diferentes a los establecidos por su entorno social o por sus principios morales, como por ejemplo (ideas, prácticas o creencias).

Cortina, A (2008). Ética de la empresa: claves para una nueva cultura empresarial (8a ed.). Madrid: Editorial Trotta 

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